Con la llegada del buen tiempo y el mayor número de horas de sol hace que durante estos meses disfrutemos de frutas tan ricas como la sandia, el melón, el melocotón, las fresas entre muchas otras. 
Las frutas de verano se caracterizan por tener un sabor dulce, refrescante y ser una alimento rico en agua por lo que son la mejor opción para hidratarnos en esos días de verano. Además el color de estos alimentos es muy llamativo alentando la compra al consumidor.  

La sandia es la fruta por excelencia, tiene un alto contenido en vitaminas A, B, C, potasio, magnesio, hierro y fosforo siendo una gran ayuda para regular nuestro organismo y sistema inmunológico. Si se compra la sandia entera es recomendable conservarla a temperatura ambiente. Por el contrario, si se ha comprado mitad o se ha empezado, es mejor meterla en la nevera para evitar que se seque y mantener así sus propiedades mucho mejor.

El melón es otra de las frutas más apetecibles junto a la sandia. Destaca su contenido en agua al igual que la sandia, vitamina C, B9 y betacaroteno convirtiéndose en un alimento ideal para perder peso y mejorar la tensión arterial. El modo para mantenerlo lo más fresco posible es similar al de la sandia. Aunque es conveniente sacarlo del frigorífico un rato antes de tomarlo para que tenga un sabor más dulce. 

Y para terminar es necesario hablar de las fresas, también llamada la reina de las frutas en Occidente. Por cada 100 gramos de producto tiene un valor energético de entre 28 y 37 calorías por lo que también se recurre a ellas en dietas.  A diferencia de otras frutas su aporte de proteínas es más bajo pero destaca por su alto contenido en vitamina K y C conteniendo un plato de estas  la ingesta de vitamina C recomendada para un día.  La mejor forma de conservarlas es el frigorífico ya este tipo de fruta suele madurar más pronto y si no se conserva bien, puede no durar muchos días.
 
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